En Estados Unidos, en 2001 se aprobó con amplia mayoría bipartidista la reforma educativa llamada “No Child Left Behind”, uno de cuyos artículos facilitaba la enseñanza diferenciada en la escuela pública como una de las posibles medidas para mejorar el rendimiento académico. En 2006 se aprobó el reglamento que permite expresamente a las escuelas públicas enseñar de forma separada a chicas y a chicos, siempre que se dé a ambos sexos una educación “sustancialmente igual”. Entonces empezó la experiencia de centros o de aulas diferenciadas, para niños o niñas, en el estado de Carolina del Sur. En 2007 había 40 colegios single sex, desde entonces han aumentado, en este estado de Carolina del Sur, a 160.