Ella aprovecha la presencia de clientes en la feria para ofrecer, a más de los monigotes, algo de alimento. Dice Pincay que la falta de una tienda cercana en el lugar, más la necesidad de los comerciantes por alimentarse mientras laboran, la llevaron a ubicar el negocio. 

Esta misma necesidad fue la pauta para que en el puesto de Katty Delgado se venda agua. 

Richard Delgado es un comerciante informal que por primera vez llegó a la feria. Él vende churros. 

Delgado recorre las calles de la ciudad ofreciendo su  producto, pero argumenta que por esta semana laborará en la feria. Sostiene que si le va bien en las ventas, retornará el próximo año. 

Así como Richard, cada día se suman más comerciantes en la feria que se ubica a un costado de la avenida La Cultura. 

Restaurantes y juegos. Dos locales donde se ofertan desayunos, almuerzos y meriendas también se han ubicado en el sitio. Ambas propietarias aseguran que venderán hasta mañana. 

En el caso de Isabel Cevallos se quedará hasta las  12h00, mientras que Elena Anchundia hasta las 19h00. 

Esta es la primera vez que a un costado de la feria se ubican los juegos mecánicos. El objetivo, según el coordinador del carrusel, es que la gente, a más de observar la variedad de diseños en monigotes, disfruten de los juegos.