La mujer llamó al servicio de emergencias en Nueva Zelanda, emitiendo extraños sonidos, por lo que la Policía acudió hasta su casa.
“Debido a los sonidos distorsionados y gruñidos, pensábamos que la señora estaba amordazada”, declaró el asistente que recibió el llamada telefónica. La afectada tuvo que ser llevada de urgencia a un hospital, los doctores le despegaron los labios.