Actualmente las cosas han cambiado sustancialmente, aclarando que la tecnología no es invento alguno, es el estudio o ciencia de los oficios, en este caso es la omnisciencia aplicada para mejorar ese invento o descubrimiento para mejorar ostensiblemente la calidad de vida del usuario.

Esta aplicación científica, bien aplicada en campos como el de la comunicación que nos permiten achicar el mundo e informarnos lo que ocurre en cualquier lugar del orbe; en la educación, para que los estudiantes faciliten sus investigaciones pedagógicas, en la geofísica para prevenirnos de cualquier desastre natural. Y hago un énfasis especial en el campo de la medicina, área muy sensible para el ser humano y que la tecnología aquí debe centrar su proceso creativo para lograr mejorar lo más avanzado posible los equipos y máquinas para salvar vidas humanas sin mirar el costo económico .  Y  en los diversos campos como el industrial, artesanal, la construcción y muchos más. Con estos ejemplos concluimos, cualitativamente,   que la tecnología es magníficamente beneficiosa para la humanidad, mereciendo sus autores nuestra  apología por sus excelentes logros.  

Pero cuando esa tecnología es utilizada para mejorar armamento bélico que sirve para asaltar, guerrear y matar sin discriminación, también cuando se la emplea para fisgar a otras naciones, personas naturales o industrias bien posicionadas comercialmente, y en otras situaciones con talante de aberrante, esta ciencia aplicada pierde su encanto y se convierte en una creación destructiva para la humanidad. Y es aquí donde sacan provecho los poderosos oligopolios, los países fabricantes de armas, los dictadores camuflados bajo una falsa democracia queriendo dominar todo a su entorno, los que padecen oligofrenia  y están en la cosa pública sin atender las necesidades populares.

Estas innovaciones tecnológicas, conllevan al cambio de los sistemas de cultura tradicionales, dándose frecuentemente consecuencias sociales inesperadas. Por ello la tecnología debe concebirse como un proceso creativo y destructivo a la vez.