En octubre del 2011 el Gobierno ecuatoriano propuso a la Asamblea Nacional la penalización de la mala práctica médica.

La figura consta en el Proyecto del Código Integral Penal que se discute en el legislativo.

Al debate de los asambleístas se suma el de los médicos, abogados, familiares y víctimas de presuntos casos de negligencia.

La propuesta original del ejecutivo establece que la mala práctica médica sea sancionada con pena de cárcel por  mínimo 2 y máximo 11 años.

Si se produce la muerte del paciente el médico podría quedar inhabilitado para ejercer su profesión de por vida.

La Federación Médica Ecuatoriana cree que el tema debe excluirse del área penal y abordarse en la Ley Orgánica de Salud y en el Código Civil.

Eulalia Tumbaco apoya  la penalización de la negligencia porque dice que eso fue lo que cobró la vida de su hermano Lorenzo Tumbaco, un hombre que en mayo de este año fue baleado en Manta, ingresó al hospital Rodríguez Zambrano y dos días después murió. Eulalia asegura que no fue la bala lo que mató a su hermano, sino la falta de una cirugía oportuna. “Nos decían que la bala no había comprometido ningún órgano y que podía esperar, pero en realidad tenía el intestino perforado, él murió de una infección que pudo haberse evitado”, indica. 

Delitos. Hoy en día las denuncias por presunta mala práctica médica  se investigan y procesan bajo la figura de delitos culposos contra la salud pública, contemplados en el Código Penal vigente, que considera como tal los cometidos por imprudencia, negligencia, impericia,  que ocasionan lesiones u homicidio inintencional. El abogado Juan Dueñas cree que eso no es suficiente, puesto que para él las sanciones son  bajas. “Las penas  contempladas apenas van de tres meses a dos años de prisión, y multas de 8 a 31 dólares”, dice. Y ve un problema mayor “muy pocos casos llegan a sentencia”, asegura.

El médico Roddy Mata sostiene que la figura de mala práctica médica, estigmatiza  y criminaliza a los salubristas, “esto sería una especie de persecución al cuerpo médico, y qué pasa con el abogado que deja en indefensión a su cliente o qué pasa con el ingeniero al que se le cae una casa, por qué a ellos no se los trata igual”.

Leonardo Viteri, médico y exasambleísta, sostiene que los galenos no atienden pacientes con la intención de hacerles daño, “yo creo en la responsabilidad médica atada a los principios del ser humano, ningún médico busca matar”, explica.

Contrariamente a esto, Monserrate Pincay cree que se debe aprobar la propuesta original del Ejecutivo. Ella pide que se tipifique la mala práctica en los sistemas de salud.

Alega que su padre, Pedro Pincay Piloso, de 72 años, fue víctima de ello.

En diciembre del 2012 el hombre acudió al centro de Salud Altamira, en Manta, por una infección estomacal.

Tras recibir atención médica se acercó con su receta a la farmacia institucional, donde, según su familia, le cambiaron los medicamentos que le habían prescrito.

“En vez de Trimetroplan le entregaron Biglicem, eso era para la diabetes, y mi papá nunca fue diabético, en consecuencia quedó en estado vegetal” .

El caso ha sido judicializado y hace 7 meses no supera la indagación previa.