Desde que tengo uso de razón he aprendido que nuestra ciudad fue una de las primeras en América Latina en ser fundada (1535); ya a estas alturas era para que el desarrollo y el progreso despliegue en todos los sectores productivos. Pero no ha sido así, porque todos los que han pasado por el sillón de Pacheco, junto a sus equipos de colaboradores, sólo han llegado a defender los intereses de unos cuantos partidos políticos representados por familias "tradicionales" y de "apellidos importantes", que se acuerdan de la ciudad sólo en época de campaña porque requieren de nuestros votos, no porque los ciudadanos realmente les importemos.

Lo lamentable es que se está intentando continuar esa secuencia dañina para nuestra capital provincial. Ahora aparecen con la denominación de precandidatos y vienen de todas las tiendas políticas. Nos quieren vender la imagen que son el Mesías que necesita Portoviejo, que tienen la solución. Que esta vez van con nueva receta, con nuevos términos técnicos. Quieren regresar al poder. ¿Acaso creen que padecemos amnesia? Olvidan que lo mismo dijeron anteriormente y que ya nos destruyeron.

Yo sueño y quiero un Portoviejo diferente; con parques recreacionales, que no sintamos temor de salir a la calle, que las aguas servidas no rebocen en las esquinas, que la basura no se amontone en las aceras, y que las calles dejen de ser imitaciones de cráteres lunares. 

Así como hablo de lo malo de Portoviejo y sus administraciones municipales fracasadas; quiero volver a hablar después de 4 años (sino es menos), del Portoviejo del Buen Vivir, término que lo contempla la Constitución de la República.

Y pueden algunos saber más que yo porque han vivido muchos años, pero gracias a lo que me ha enseñado el tiempo es que llamo a la reflexión a mis hermanos portovejenses; levanto la voz de unión para salvar a mi ciudad. Ese objetivo se logrará con el apoyo de todos los ciudadanos. Ya no quiero a los mismos destructores de siempre. Como joven quiero ver a Portoviejo diferente.