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Amor en la Universidad

Un recorrido un viernes por la noche bastó. A mi paso se iban abriendo parejas besándose con desenfrenada pasión, en los parques y lugares con poca iluminación en la universidad Eloy Alfaro.

Martes 16 Abril 2013 | 09:09

Unos los llaman “mataderos”, otros “los rincones de la pasión”, lo cierto es que aún hay universitarios que dejan fluir sus instintos sexuales debajo de un árbol o encima de alguna banca oxidada.

Iniciamos el recorrido del amor por el parque de la facultad de Odontología. En el lugar hay tres parejas. La primera discute, la segunda desborda de besos y pasión: ella está sentada de frente  sobre él con las piernas abiertas, y él le toca los glúteos y caderas. La tercera pareja, mucho más al fondo, reparte caricias combinadas con besos.
Hace algunos años en este lugar, un exestudiante (el cual prefiere omitir su nombre) me cuenta que había una pareja que utilizaba cartones para poder acostarse y hacer el amor en ese lugar. Ellos fueron vistos muchas veces por varios alumnos, pero la exposición al público nunca frenó el deseo. Eso ocurría alrededor de las 21h30. 
> Otros rincones. 
Sigo el recorrido bajo un cielo estrellado y oyendo el canto de los grillos. En los alrededores de la Asociación de Empleados y Trabajadores, los pasillos y patios también se convierten en cuna de amor para los estudiantes. Este sector pasa en completa oscuridad.
Atrás de Hotelería y Turismo la cosa se pone caliente. Muchas parejas llegan ahí para besarse y tocarse. Muchas chicas están contra las paredes de las aulas de clases, mientras sus “romeos” les tocan las piernas y glúteos. También hay chicos convertidos en “vampiros”; sus bocas hurgan en los cuellos de las damas, a quienes seguramente no les importan las mordidas. En ese juego de miedo y oscuridad, todo se vale.
Jairo Cevallos, estudiante, cree que los alumnos buscan lugares oscuros para besarse porque no tienen dónde hacerlo, porque son muy jóvenes y aún no tienen la responsabilidad ni madurez para ir a otros lugares privados.
El recorrido sigue. Llego hasta un lugar que tiene mucha historia, más conocido como “el antiguo matadero”. Se trata de un parque que está frente a la facultad de Arquitectura, donde hace unos nueve años había una banca a la que los estudiantes universitarios acudían para tener intimidad. 
Entrevisto a varios conserjes, pero sus bocas son tumbas. En su mayoría se declaran “ciegos, sordos y mudos” ante la situación. Han visto de todo, incluso hasta dentro de las aulas de clases. Dicen que eso se daba antes, que ahora los guardias sacan a las parejas de “esos matorrales”.
Los parques de Trabajo Social y Auditoría también son visitados por enamorados. 
>Sexo en la “U”. 
Una exestudiante de la Universidad accede a contarme sus aventuras de joven. Sí, hizo el amor en su centro de estudio. Una vez fue atrás de Enfermería, eran las 21h00 aproximadamente. En otra ocasión estuvo con su pareja en las escaleras de las canchas de uso múltiple, y en otra ocasión estuvo dentro de la escuela “José Peralta”, cuando no estaba cerrada.
Le gustaba hacer el amor en lugares prohibidos, sin demorarse mucho. Se trataba de un sexo rápido y apasionado. Una vez los vio un guardia y, ante la escena  que tenía en frente, sólo les pidió que se apuren. 
Mi último punto es la parte trasera de la Facultad Ciencias de la Comunicación. Veo una pareja al fondo, debajo de un árbol, en pleno romance. Camino rápido con el objetivo de tener más detalles. Se van. Cuando llego sólo hay oscuridad y nada más.
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