“Recuerdo ese momento como si hubiese sido ayer, eso fue hace 25 años”, afirmó. Desde ese entonces, Mina, quien es uno de los fundadores de la cooperativa  asegura que el  panorama ha sido el mismo.

Él hace un llamado a las autoridades para que visiten el sector y vean por ellos mismos la situación en la que residen.

“Ni en tiempo de campaña que es cuando generalmente llegan hacer promesas se los ha visto por aquí”, refirió.

Mina, al igual que otros moradores no pierden las esperanzas de que a la cooperativa llegue la ayuda que necesitan, en especial en educación, que es uno de los  factores por los que más sufren, aseguró.

Existe una escuela en la cooperativa que brinda educación a los niños, pero no es suficiente.

Sin embargo según Mina, el panorama para este nuevo año lectivo parece que será más negativo, pues la infraestructura del establecimiento no cumple con las normas para recibir una educación digna.

 

Comercio. A pesar de la necesidad, varios moradores de la cooperativa El Paraíso buscan como salir adelante a través del comercio.

Una de ellas es Martha Gualoto, quien vende comida en la esquina de la cancha del sector. Lleva un año en el negocio y a pesar de ser un sitio poco comercial, no se queja, pues sus clientes son sus vecinos.

“Vendo guatita y seco de carne. Ese es mi único sostén diario”, comenta mientras trata de recordar un poco de como llegó al sector. Lo hizo a través de una invasión, comenta, pues en aquel entonces no existían dueños de los terrenos de la actual cooperativa.

Sin embargo, para no ser desalojada pagó al en ese entonces Banco de la Vivienda el costo por su terreno y gracias a ello pudo adquirir la escritura de la vivienda en la que comparte con sus nietos.

Ella espera que en el sector el problema del alcantarillado se solucione, pues en varias ocasiones sus “niños” como les dice han caído enfermos por la contaminación que esta produce.