El hecho ocurrió a las 00h35 de ayer.
Torres estaba sentada, tenía dolor estomacal y de un momento a otro se desvaneció. Un sobrino que iba con ella, Henry Toaquiza, no sabía qué hacer, en sus manos cargaba maletas y un rosario.
Los curiosos al ver lo que ocurría llamaron a la Policía. Cuando los uniformados llegaron comprobaron que la mujer estaba muerta.
Agentes de Criminalística realizaron el levantamiento del cadáver para después ser trasladado hasta la morgue del cementerio Central.
Toaquiza, mencionó que antes de que se sentara a descansar con su tía habían llegado desde Portoviejo, Manabí, hasta donde había ido a un chequeo médico.
La hoy fallecida vivía en la parroquia La Villegas de La Concordia.
“Ella tenía cirrosis crónica.
Los doctores que la examinaron en Santo Domingo y Portoviejo habían indicado que su enfermedad era irreversible y que tenía una semana de vida. Desde Portoviejo viajamos toda la noche en un bus de la cooperativa Carlos Alberto Aray, a lo largo del camino se quejó mucho de un dolor de barriga”, añadió el joven.
La señora nunca se enteró que estaba desahuciada.
Su cuerpo es velado.