Donde nadie se preocupa del problema de su familia y posibles soluciones, sino de aparentar ante sus miembros que son pudientes económicos pero vacíos de sentimientos y espiritualidad. Ahí está el milagro, porque después de tanto sufrimiento se dieron cuenta que no podían seguir soportando tanto dolor, tanta desvalorización y buscaron la ayuda de la única confraternidad que salva vidas y les devuelve la paz y felicidad como Narcóticos Anónimos (NA).
Hoy esos personajes que estuvieron al borde del suicidio, de la locura, presos, hospitalizados, muestran poco a poco su sonrisa natural, libre, espontánea, ya no necesitan drogas para rehuir los problemas; los enfrentan y tratan de solucionarlos. Son seres increíbles, inteligentes, solidarios, verdaderos amigos dispuestos a devolver la ayuda recibida en otros hermanos que necesitan la experiencia vivida, el contacto permanente con Dios que les regala un despertar espiritual día a día, los vuelve sensibles y generosos; esos son milagros y motivaciones con atracción para los que vienen atrás siguiendo sus pasos.
Recuerda las noches y días llenos de angustia, desesperación y preocupación que te provocaron tus familiares cuando estaban drogándose; tú esperándolos en la puerta o el balcón de la casa pidiéndole a Dios que no les pase nada, que te los traiga. Cada sirena vehicular te provocaba sobresalto y te imaginabas que ahí lo llevaban a la cárcel o al hospital; tus nervios se alteraron y tu vida nunca fue la misma, convirtiéndose en anormal. Hoy los disfrutas, duermes tranquila y ya no se te pierden las cosas que adquiriste con esfuerzo y sacrificio para tu hogar; tienes un ser humano nuevo, que está obligado a cumplir con los 12 pasos para jamás retroceder y no volver a ese mundo oscuro y delincuencial, Fácil, ¿no?.