El dueño del país, así se denominó a un líder social-cristiano que llegó al poder.
En Manta también hay dueños de la ciudad, bastantes diría yo.
Gente hipócrita, vil y vanidosa a la que de nada le sirve el dinero, que se muere lo mismo que el pobre y su tumba es el mismo agujero.
¿Por qué estas personas se creen dueñas de la verdad, de la ciudad e incluso de otras personas?
Es un problema psicológico que genera el dinero y el poder.
El dinero, ganado con esfuerzo o por negocios sucios, convierte a algunas personas en dueños del mundo, que gritan e insultan a quien no se arrodilla a su paso.
El contexto extralingüístico que tiene la frase “los dueños de la ciudad” a algunos no les molestará, porque lo considerarán un piropo.
Los políticos, narcotraficantes y dueños de los grandes “holdings” o sociedades financieras, son los principales seres humanos que se creen dueños de la verdad y el mundo.
Pueden cambiar y ser mejores seres humanos, sí.