Como se recordará, en octubre del 2012 el coronel Hugo Chávez Frías fue reelecto como presidente, función a la que no pudo llegar ni siquiera juramentarse ante el Congreso por el cáncer que adolecía y que finalmente lo llevó a la muerte el pasado 5 de marzo. 

Como el comandante Chávez ya había designado a su heredero político, el Vicepresidente anterior, Nicolás Maduro, asumió la nueva presidencia, contrariándose así lo dispuesto constitucionalmente que manda que quien asume sea el presidente de la Asamblea Nacional Legislativa, y que este en el termino de 30 días convoque a nuevas elecciones en el caso como el sucedido por la grave enfermedad de Chávez, que lo tuvo en estado de seminconsciencia.

Lo cierto es que se convocó a elecciones presidenciales y en un cortísimo período de campaña Venezuela decide este próximo domingo quién será su nuevo presidente. Y entre varios candidatos se escogerá entre Nicolás Maduro y Henrique Capriles, por ser estos los más opcionados. Maduro lleva la ventaja de tener en sus manos toda la fuerza electorera del Gobierno, a más de sentirse heredero del comandante Chávez,  el que tuvo un triunfo holgado en octubre del año pasado, si bien es cierto, poniendo en acción toda las maquinarias y las artimañas oficiales. 

Por el otro lado, el contrincante Capriles parece haber mejorado su posición anterior; y con las denuncias de malos manejos que se han estado probando contra  lo sucedido durante la administración llamada Chavista, y durante los más de 100 días de Maduro, el resultado electoral del domingo podría estar dando sorpresas con un Capriles que escala posiciones en la aceptación popular, si bien es cierto que Maduro no cesa  en aprovechar esa herencia dejada en vida por Chávez , representado ahora por un “Pajarito chiquitico”.

El pueblo venezolano tiene la última palabra, por lo que se espera que esa voluntad manifestada a través del voto sea respetada por todos y no sea manipulada como se lo viene haciendo ahora con ocasión de tenerse tan amplios y absolutistas poderes. Se espera que Venezuela elija lo mejor para su progreso, para su desarrollo, para su seguridad interna  y en beneficio de una democracia duradera, que es lo que nuestros pueblos requieren. Y Venezuela y América  así lo aspiran y exigen.