Sin embargo, luego de reinstalarse, dicha audiencia fue declarada nula por la ausencia de uno de los abogados de la parte defensora.
El juez primero de Garantías Penales de Manabí, para evitar que en una próxima ocasión la audiencia vuelva a posponerse, declaró que en caso de que faltare alguno de los abogados de los acusados, la defensa sería asumida por un defensor público.
En otra sala del mismo juzgado varios de los uniformados que realizaron las investigaciones del caso y otros testigos rendían sus versiones.
Antes de que los acusados se retiraran del auditorio se les acercó Julio César Sabando Córdova, hermano menor del fallecido, quien el 5 de julio del 2012 se salvó de correr con la misma suerte de su familiar.
Julio César increpó a Loor por el cruel asesinato de su hermano.
Esto exacerbó el ánimo de los demás familiares y amigos del fallecido, por lo que a Roldán, Loor y Lozano se les debió reforzar la escolta y luego de varios minutos fueron llevados hasta un vehículo que los trasladó nuevamente a una cárcel de Guayaquil.