Estados Unidos ha tratado en las últimas horas de restar importancia a las amenazas de guerra en la península coreana, tras varios días de aumento de las declaraciones bélicas por parte de Corea del Norte.
Tras conocer las informaciones sobre el desplazamiento de misiles por parte de Pyongyang, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, afirmó que no le sorprendería que Corea del Norte hiciera un lanzamiento de prueba de un misil.