Esto, después que el Gobierno Municipal de Jaramijó firmara un convenio con el Ministerio de Inclusión Económica y Social, MIES, para erradicar el trabajo infantil.

El proyecto, que ya está en aplicación, determinó mediante el levantamiento de la línea base que en el cantón existen 360 casos de infantes que laboran y que han interrumpido su proceso estudiantil.

Actualmente, un contingente de 20 profesionales entre facilitadores y educadores trabaja directamente con las familias en los barrios, y en una labor de puerta a puerta se abordó directamente a los padres de familia, para capacitarlos y comprometerlos con el objetivo, de que los menores dejen de trabajar y continúen su educación. 

Los niños trabajadores se desempeñan como desvisceradores de pescado y vendedores ambulantes. Ellos dejaron de estudiar por trabajar.

Carmen Cedeño, técnica del MIES a cargo del proyecto, indicó que paralelamente los facilitadores y educadores, que ejecutan la iniciativa en Jaramijó, son sometidos a permanentes talleres de capacitación y evaluación de los avances.

Patricia Moncayo, alcaldesa de Jaramijó, aseguró que este será el mayor legado de su administración, una obra invisible en lo físico, pero fundamental  en lo social, y para asentar las bases del proceso que a mediano plazo erradicará el trabajo infantil en la ciudad.