Ante ese traspié rayano en el error no solo legal sino constitucional y, peor, político de los asambleístas, a los jubilados no les quedó sino apelar a lo jurídico, y, en el caso de Manabí, bajo el patrocinio de un notable jurisconsulto, el juicio, mismo que dado los vericuetos de la forma ortodoxa del estamento judicial, todavía, luego de tres años de lucha, y tener fallo favorable, no se ejecuta aún con el pago pertinente de la diferencia porcentual contemplada en la mencionada Transitoria a los educadores jubilados, en una suerte del clásico “Cuento de nunca acabar”. 

Más de trescientos de estos maestros jubilados han muerto desde el  2008, un gran porcentaje de ellos a causa, en distintos grados, de enfermedades crónicas y aquellas relativas a la edad. Un sentimiento de frustración por la indolencia que el estamento legislativo y cierto sector del judicial soslayan su derecho universal constitucional de su justo reclamo. 

El Presidente Rafael Correa, ha invitado a la concertación y convergencia a todos los sectores sociales en pro del universo, Nación en la práctica de la justicia. Los profesores jubilados mencionados exhortan el respeto constitucional de sus derechos. He ahí la mejor tarea del Mandatario de mostrar la magnanimidad y el porte de estadista de la que está investido y reparar ese error del Congreso reconociéndoles a estos maestros el saldo que reclaman y que resulta significativo en el atardecer de sus existencias.