"Estamos emocionados por jugar en el estadio Azteca (a 2.240 metros sobre el nivel del mar) contra México y podremos comprobar cómo estamos", dijo Klinsmann en una conferencia de prensa.

Estados Unidos llegó ayer a Ciudad de México para el partido de la tercera jornada del hexagonal de la Concacaf, que dará tres boletos directos al Mundial y uno para una repesca contra Oceanía y, según el entrenador del conjunto, están preparados para luchar.

"Respetamos a México, pero venimos a luchar", comentó el técnico, que confirmó la ausencia por lesión del centrocampista Jermanine Jones, a quien consideró como uno de los líderes del conjunto, pero sustituible por figuras de calidad.

"Aún no tengo la alineación", dijo.