En el lugar, donde se pueden percibir olores nauseabundos, los moradores colocaron piedras y palos para impedir el paso vehicular, y así llamar la atención de las autoridades.
Arturo Delgado, quien trabaja en la zona, comentó que el problema se da desde hace 22 días, y que pese a los constantes reclamos que hacen ante la Empresa Pública Municipal de Agua Potable y Alcantarillado, EPMAPAP, no tienen una respuesta.
El problema ha afectado el modo de vida de los moradores, así como sus negocios. Magdalena Palma comentó que a su tienda prácticamente no llega nadie, por no tener que respirar tanta contaminación.
Agregó que por la alcantarilla también sale agua y tripas que provienen desde le camal municipal que está en la parte alta de la calle Mariscal de Ayacucho.
“Sería bueno que las autoridades observarán a los gallinazos que buscan su comida a la salida de la alcantarilla para que sepan lo grave del problema y el riesgo que representa para la salud, especialmente de los niños”, añadió Palma.