Las explosiones más importantes, estuvieron acompañadas de fuertes ruidos, como "cañonazos" que hicieron vibrar las ventanas de viviendas en zonas aledañas.

También se pudo observar la salida de material incandescente desde el cráter, en forma de bloques de magma que descendieron hasta 1,5 kilómetros por las pendientes del coloso.

Las pérdidas se sienten en el sector agrícola y ganadero.

Se asegura que hay más de 1.500 hectáreas de papas, cebollas y zanahorias perdidas; además hay unas 10.000 reses afectadas.

Varias familias evacuaron la zona.<