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Estados Unidos
Laboratorio es capaz de simular un devastador huracán

Científicos de EE.UU. inauguraron hoy la "Pared de viento", el primer laboratorio de investigación del país capaz de simular un poderoso y devastador huracán con vientos de más de 252 kilómetros por hora, para analizar cómo mejorar las edificaciones para que resistan el impacto de ciclones.

Martes 21 Agosto 2012 | 15:00

Con 8.400 caballos de fuerza, 12 ventiladores industriales de 1,8 metros de diámetro que integran el sistema pueden reproducir la intensidad letal de un huracán de categoría 5, la máxima en la escala de intensidad Saffir-Simpson, acompañado por torrenciales lluvias.
El Centro de Investigación de Huracanes de la Universidad Internacional de Florida presentó "por primera vez al mundo" la "Pared de viento" (WoW, por su sigla en inglés), usada para probar la resistencia que tienen diversas estructuras como casas residenciales, almacenes y postes de electricidad.
La inauguración tuvo lugar en vísperas del vigésimo aniversario del paso de "Andrew" como un huracán de categoría 5 por el sur de Florida el 24 de agosto de 1992.
La demostración inaugural consistió en exponer dos pequeñas estructuras al impacto de los vientos y la lluvia para comparar los daños causados por un ciclón, recreado en un ambiente controlado.
Una se edificó con el código de construcción que existía cuando el huracán "Andrew" de categoría 5 arrasó el sur de Florida hace 20 años y la segunda con los requerimientos que fueron implementados después de ese ciclón.
En una sala contigua a la demostración y mediante una transmisión en directo de cámaras de alta velocidad, se escuchó cómo los vientos comenzaron a rugir a medida que el sistema simulado se fortalecía hasta transformarse en un catastrófico huracán y luego se observó la lluvia intensa que arrastraba consigo.
Mientras más intensos eran los vientos, más daños sufría el techo de la primera edificación y al final de la prueba quedó totalmente destruido. La segunda tuvo impactos, pero menores.
"En muchas maneras esto es parte del legado de 'Andrew'. Aquí recreamos a 'Andrew' en un ambiente controlado para poder ayudar a mitigar los daños en nuestra comunidad y en aquellas que están en el sendero de los huracanes en EE.UU. y en el mundo", dijo el director del Laboratorio de Ingeniería de Viento de la Universidad Internacional de Florida (FIU), Arindam Chowdhury.
"Andrew" dejo 26 muertos en Bahamas, el sur de Florida y Luisiana (EE.UU.) y daños de 26.500 millones de dólares en este país, de los que 25.000 millones correspondieron sólo a la península floridana, según el Centro Nacional de Huracanes (CHN) de EE.UU.
El vicepresidente de investigaciones de la FIU, Andrés Gil, dijo a Efe que varias empresas privadas ya han acudido al laboratorio para hacer pruebas de diferentes materiales de construcción y el Gobierno estadounidense ha probado allí casas que "colocaron en Haití tras un huracán".
El científico Roy Liu-Marques, miembro del equipo de la WoW, explicó a Efe que el objetivo es investigar los daños de las edificaciones y los materiales usados en su edificación para realizar modificaciones a los códigos de construcción.
"Lo más importante es lograr reducir los daños y de esa manera disminuyen las pérdidas de propiedades aseguradas. En el futuro conlleva a una reducción (de los precios) de las pólizas", detalló.
Añadió que, con la mejora de estructuras y materiales, las personas también incurrirán en menos gastos para reparar sus propiedades o reconstruirlas si sus aseguradoras no cubren los daños.
En el sur de Florida se reportó la destrucción de 25.524 casas, mientras que 101.241 sufrieron daños y el 99 por ciento de las casas móviles quedaron totalmente destruidas por "Andrew".
En los anales de la meteorología de EE.UU. "Andrew" es el tercer huracán más costoso después de "Katrina" (2005) e "Ike" (2008) y ocupa la misma posición como uno de los tres únicos ciclones que han tocado tierra como categoría 5 en este país, luego de un huracán sin nombre que se abalanzó sobre los cayos de Florida en 1935 y de "Camille" en 1969.
Tras su estela de destrucción en Homestead y Florida City, en el condado de Miami-Dade, el estado mejoró su código de construcción, que incluye dotar a las edificaciones con láminas de metal para puertas y ventanas a fin de ser utilizadas durante tormentas o huracanes o colocarles vidrios resistentes a impactos. 
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