Aráuz comenta que antes de ser guardia del parqueadero trabajaba en albañilería.
"Yo trabajé de albañil cuando se construía el edificio de la antigua Previsora. Después de eso se dio la oportunidad de trabajar como guardia y aquí me tiene", asegura.
Es tanta la confianza que los dueños de los carros le tienen a César que hasta le dejan las llaves del vehículo.
"La honestidad me ha llevado a ganarme la confianza de la gente", asegura.
Gracias a ese trabajo, Aráuz ha terminado de criar a sus 4 hijos.
Comenta que la humildad y la perseverancia es la clave para llegar a la felicidad.
"Desde mi trabajo he visto cómo ha cambiado Portoviejo", dice.
Aráuz recuerda que desde que ha estado en ese puesto nunca ha tenido un problema con nadie. "Yo quiero trabajar de guardia hasta que Dios me lo permita. Este trabajo me gusta y me ha ayudado a mantener a mi familia, ojalá siempre siga aquí", relata César con un poco de nostalgia, pero a su vez con esa alegría que lo caracteriza. Sin duda, Aráuz es un personaje.<