Además conspiran falsificando las firmas de respaldo del pueblo ecuatoriano, que jamás se las dará porque conoce de su historial delincuencial en la política ecuatoriana, con caretas de comunistoides (palabras célebres del Dr. Velasco Ibarra) aplicando la frase divides y reinaras; es decir, que de estos grupúsculos movimientos políticos se lanzan varias candidaturas presidenciales para confundir al  electorado, y luego entre amarre y componenda designa a un solo candidato de izquierda comunistoide. 

Es por ello que con urgencia se requiere una verdadera reforma a la Ley de Elecciones que determine la formación de partidos políticos que representen a las tendencias  de centro derecha y centro izquierda, como se estipula en la gran mayorías de los países democráticos del mundo, eliminando la posibilidad de proliferación de movimientos políticos representado por cualquier ambicioso de poder, pensando que al pueblo ecuatoriano se lo puede administrar como hacienda propia; o por dinastías familiares como en el pasado.  

La presencia de estos yuxtapuestos en parte tiene culpa el estado ecuatoriano que auspicia las campañas electorales con recursos económicos del erario nacional puesta a disposición de los directivos de los partidos o movimientos políticos a través del Consejo Nacional Electoral, repartido de acuerdo al número de votos obtenido en las urnas, lo que ha causado profundas fisuras en las estructuras partidistas de estos  grupos políticos supuestamente calificados por el Consejo Nacional Electoral, donde muchos ilusorios lideres se han quedando con la bata alzada. Este análisis político de los hechos recientes es un análisis objetivo de la realidad que estamos viviendo frente a las futuras elecciones, donde no se puede inventar la historia. . <