George Avery, quería ir a los Juegos Olímpicos de Lodres pero falleció en el 2006, así que su hija decidió llevar sus cenizas.

George Avery quedó segundo en triple salto en los juegos de Londres de 1948, por lo que tenía deseos de regresar a esa ciudad y ver la prueba en la que él brilló.

Su hija Glynn Avery decidió cumplir su sueño.
"Mi hermana y yo misma, con nuestros respectivos maridos, mi hija y nuestros nietos vinimos al estadio con las cenizas. Luego hicimos algo más que colarlo: nos acercamos a la pista y soltamos sus cenizas al aire, justo encima de la pista de triple salto", señaló Glynn a la radio ABC.