Los trabajos del plan de agua, por ejemplo, han tenido algunas postergaciones. Si no es por los estudios, es por el diseño, por los desembolsos o por otras causas; pero los anuncios de prórroga para concluir esta obra son frecuentes. Un retraso de tres años y medio en una obra proyectada para menos de dos años requiere, al menos, una  profunda investigación por parte de la autoridad contratante.

En una situación parecida se encuentran los contratos de reconstrucción de algunas calles, como la avenida del Ejército, contratada para un plazo de seis meses pero que lleva ya, en el menor de los casos, ocho meses de vencimiento.

Da la impresión que los portovejenses deben conformarse con las simples explicaciones pero que nunca se sancionará a los culpables de todas estos atrasos que ocasionan grandes pérdidas económicas y sanitarias.

Se argumenta que los estudios o los diseños tenían fallas. Entonces, ¿De quién es la culpa? ¿De quien elaboró los estudios? ¿De quien los supervisó? ¿De los técnicos municipales?