En ambos casos, dichos aparatos tienen problemas con las baterías. En el hospital del IESS, estos insumos se agotaron y se los tiene que comprar, para lo cual se requiere aplicar un proceso público de adquisición. En el hospital Verdi Cevallos, en cambio, los problemas de la red eléctrica pública ocasionaron inconvenientes mayores cuya solución demanda más tiempo.

Si hubiese existido un mantenimiento rutinario y constante, se habría advertido, por ejemplo, el estado de las baterías para apurar la adquisición antes de que se agotaran.

Esto no ocurre solamente en la capital manabita, ni es exclusivo de los tomógrafos. Ocurre en todas partes, con otros aparatos y hasta con sistemas establecidos como la provisión de medicinas.

Mientras los funcionarios buscan soluciones, los usuarios deben buscar la forma de realizarse los exámenes. Por ahora, en tanto se supera el daño en Portoviejo, los casos urgentes son derivados a Manta, con lo que se pierde tiempo y recursos e incluso se pone en riesgo la vida de los pacientes.