"Pasé un día entero en Unipuerto para vender maíz y luego de tantas horas lo que me contestaron es que mi maíz estaba podrido". Así lo expresó, en tono triste, Gina Álava, quien viajó a Manta desde el sitio El Cady de Portoviejo.

Esta situación preocupa a los agricultores, porque más del 80 por ciento que llegan a vender su cosecha son rechazados, recalcó Álava.

"De los 10 o 12 carros con el maíz, sólo uno o dos venden el producto", informó.

"El dueño del maíz no tiene con quién hablar en Unipuerto, porque lo derivan a la Unidad de Almacenamiento, UNA, y de allá a su vez al Ministerio de Agricultura, donde tampoco hay respuestas", dijo Colón Cedeño, agricultor de la zona de Colón-Quimís.

"En su mayoría el maíz es rechazado porque dicen que tiene hongos, está húmedo y tiene muchas impurezas. Eso no es justo, somos trabajadores y hemos hecho inversión. Ahora cómo pagamos a los acreedores".

Cedeño informó que él tiene 40 hectáreas de maíz e invirtió en cada una casi mil dólares. Su preocupación aumenta porque no sabe cómo cubrir su deuda.

En el caso de Cedeño y Álava deben pagar los fletes de carro y chofer. Su producción fue de 250 quintales cada uno y para el traslado a Unipuerto deben pagar 50 centavos de dólar por cada quintal, además de la alimentación, porque se quedan todo el día a la espera de la compra, destacó.

También el agricultor Héctor Menéndez manifestó su preocupación al no poder ofertar sus productos a un precio justo.

Menéndez indicó que por los bajos precios a los que tiene que ofertar sus productos en el mercado, decidió venderlos a la UNA, pero la entidad rechazó su producto porque presentaba impurezas. <