Durante su polémica eliminación, la surcoreana se quedó llorando durante una hora en la misma pista mientras se decidió la reclamación presentada por su delegación. 

En el encuentro resultó como ganadora la alemán Britta Heidemann, en un último segundo plagado de irregularidades.

"En la esgrima, el tiempo es en segundos, no como otros deportes como la natación y puede haber un error humano", dijo el presidente del Comité Olímpico del país asiático, Yung-Sung Park.

Shin a Lam, de 25 años, declinó categóricamente el premio de consolación ofrecido por la FEI: “Esto no va a hacer que me sienta mejor, porque no es una medalla olímpica. No puedo aceptar el resultado porque creo que se ha cometido un error”. La surcoreana también se quedó sin medalla de bronce, al volver a perder el mismo día.

Hechos: Un fallo en la puesta en marcha del cronómetro cuando el combate entre Shin a Lam y la campeona olímpica de Pekín, la alemana Britta Heidemann, estaba empatado a cinco fue el desencadenante de la polémica.

Faltaba solo un segundo, en el que Heidemann necesitaba una última estocada para derribar a su contrincante.

El árbitro pronunció las palabras “Atentas, preparadas, listas” para que se iniciara el asalto.

Al parecer, en ese momento, se produjo un fallo en el cronómetro, porque a partir del “listas”, la alemana tuvo tiempo de intentar dos estocadas seguidas y acertar con una tercera a tocar a Shin y lograr la victoria por 6-5. Todo en solo un segundo.

Por su parte, Shin a Lam y su entrenador trataron de explicarle a los jueces que no era posible intentar tres estocadas en apenas un segundo. Pese a que se reunieron durante una media hora para sopesar las quejas de los surcoreanos, la decisión fue inamovible.

Luego de la derrota, Shin Lam permaneció por casi una hora en la pista, mientras lloraba, para evitar que se celebrase la final, por lo cual estuvo a punto de ser descalificada de la semifinal.