Pero al margen de las necesidades, quienes habitan en el lugar se sienten contentos. Viven felices porque son propietarios de sus propias casas, las cuales han sido adquiridas a través del bono o mediante La Curia con el programa Hogar de Cristo.
Eugenio Ibarra, vive en el mencionado lugar. Es un carpintero, oficio que ejerce cuando hay oportunidad, y cuando no la hay se dedica al transporte en triciclos.
Aspiraciones.
Ibarra cuenta que así como él viven varias decenas de personas en el lugar, y aunque carecen de agua potable, alumbrado , alcantarillado, calles y una vía principal asfaltada, son felices con lo poco que tienen, sin embargo aspiran a que las autoridades locales se preocupen de llegar con la obra básica hasta el lugar.
La falta de servicios básicos la compensa, según Ibarra, la tranquilidad que aún se respira en el lugar. <