Uno de los primeros hechos que reflejan esta situación es que la secretaria general de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), María de Avendaño, decidió no seguir certificando actas de reuniones de los magistrados.
Gremios profesionales y empresariales, centros académicos y el ombudsman, Óscar Luna, expresaron su temor a que las salas del Poder Judicial caigan en la anulación mutua de fallos y que esto también afecte al funcionamiento de instancias judiciales inferiores.
CASO. Desde la semana pasada, El Salvador tiene dos tribunales supremos, uno presidido por Ovidio Bonilla e integrado por los magistrados cuyas elecciones, hechas por el Parlamento en 2006 y el 24 de abril, fueron anuladas por la Sala Constitucional el 5 de junio.
La otra corte es la Sala de lo Constitucional ampliada con varios suplentes y presidida por Florentín Meléndez, a quien el anterior titular de la CSJ, Belarmino Jaime, dejó como titular "provisional" al terminar su período de tres años el 15 de julio. <