En mis grandes oportunidades que tuve para conversar con el señor Horacio pude observar una cualidad única que en pocos seres humanos yo he visto. El porqué de Horacio andar en transporte público.
Esa era una gran ocasión para él de codearse con la gente importante, ¿cuál era la gente importante para don Horacio? La gente de su pueblo, de su campiña manabita; porque andar en un medio de transporte popular le daba la oportunidad de codearse con amigos, conocidos, que te dan un saludo o un fuerte apretón de manos y puedes entablas conversaciones de índole político, social y un poco de humor o simplemente un como estas. Tenía costumbre de caminar por las calles donde podía saludar al obrero, al vendedor de jugo en la esquina, a sus ex alumnos del colegio Olmedo o de la universidad, hombres y mujeres que lo conocían; como buen manabita, decía él somos conversones por naturaleza. Esto no hubiese sucedido si Horacio hubiera andado en su vehículo. Si esta sencillez la tuviéramos un tercio de los manabitas fuera diferente el destino de nuestra ciudad y provincia, donde se vería reflejado el trabajo, la honestidad y el cumplimiento de los ciudadanos comunes y, sobre todo, de nuestras autoridades. Si con franqueza, sencillez y buenas ideas se decidieran sacar adelante nuestra capital otro seria nuestro cantar, creo yo que el ser sencillo, humilde y no andar enternados no indica que debemos agachar la cabeza ante nadie, sino demostrar nuestra altivez y carácter de hombres y mujeres bravíos (as) que sigue siendo nuestro mejor legado. Leal a sus principios, cauteloso, narrador de la vida, poeta, deportista destacado en el tenis; bohemio, bromista y de alegría contagiante, nos comenta de sus viajes, anécdotas, los bello de tratar con gente de diferentes culturas, la satisfacción de conocer algunos lugares del mundo. La atención que nos brinda cuando visitábamos su hogar, como buen montubio manabita siempre nos recibía con cariño hospitalidad y humor, nos invitaba a compartir un delicioso pescado hornado con aceite de oliva. Hombre importante entre los importantes, sencillo entre los sencillos. Que la historia se incorpora a sus méritos. Porqué a pesar de no haber sido político de profesión ostentó grandes cargos públicos como Alcalde del cantón y otras dignidades: Siempre se supo manejar con honestidad, inteligencia y genialidad, muy sabio en sus principios.
Horacio recibió muchos reconocimientos y condecoraciones a nivel nacional e internacional, donde la cultura era su bandera de presentación, pero de todos estos valiosos reconocimientos el más importante para él era el cariño de su gente manabita. ¡Como lo vamos a extrañar!... Oh noble manabita, ejemplo de virtudes únicas.. <
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