Esta es la pronunciación misteriosa de aquellos que ya no encuentran sentido a la existencia, expresan o traspasan sus sentimientos de adiós a los que compartieron los destinos de esta creación. También hay la defunción natural, aquella que acercándose cautela revela dulce y calladamente otros misterios que la reflexión no descubre al genio, pero que trata de olvidar la muerte de los otros para no tener que pensar en la propia. Una manifestación figurada de la muerte es la quema del “año viejo”, macabra noche a la que todos se aproximan para el adiós del año que culmina. A evocar a los que se fueron y huir de él con la quimera de un nuevo día. Así, se transita positivamente a la única justicia de este mundo: la muerte
Recomendable para esos días la interpretación de esta obra, extensa en meditación y corta en lectura, cuando todos se preparan con entusiasmo para acabar con los necios, farsantes y mentirosos, agarrados en las cumbres nubladas del poder y representados en esos monigotes, pero también para el común mortal que no advierte que la existencia es breve como la de Iván llich. <