Actualizado hace: 929 días 20 horas 25 minutos
Rubén Moreira Velásquez
EL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO Y URBANO

El recordado escritor y filósofo mexicano Octavio Paz fue quien dijo en una ocasión que “La arquitectura es el testimonio insobornable de los pueblos”.

Lunes 23 Enero 2012 | 00:00

Léase bien: “testimonio insobornable…”. Traigo a la palestra esta frase porque sintetiza, de manera contundente, la necesidad y el compromiso histórico de todos los pueblos del mundo, entre ellos Portoviejo, de hacer respetar y defender la arquitectura patrimonial del pasado como el más tangible testimonio de la historia social de los pueblos y es por esta razón que existen organismos e instituciones internacionales y nacionales que tienen la responsabilidad de defender y rescatar, de ser el caso, el patrimonio edificado y urbanístico.
En Ecuador existe el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), que depende, en el actual gobierno, del Ministerio de Cultura, y que desde hace más de treinta años viene batallando, con escaso presupuesto en los gobiernos pasados, pero con mucha mayor atención técnica y económica por el actual gobierno, a tal punto que se han creado regiones -en el caso de Manabí la región cuatro, que incluye las provincias de Galápagos y Santo Domingo de los Tsáchilas- para poder atender con cierta autonomía a todas las regiones del país, ya que antes los esfuerzos del INPC estaban casi todos dirigidos a las principales ciudades, como Quito, Guayaquil y Cuenca.
En el caso concreto de Portoviejo, durante el año pasado se llevó a cabo con todo éxito la rehabilitación del Colegio Nacional Portoviejo, gracias al apoyo incondicional del Gobierno actual a través del Ministerio del Patrimonio y del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), dirigido por la Arq. Inés Pazmiño, pero sobre todo por la decisión y empeño del Arq. Jean Paul Demera, Director de la Región 4, la misma que basándose en el inventario que tenía levantado el INPC, actualizó y amplió el mismo, como resultado de lo cual se han identificado algunas construcciones antiguas en nuestra ciudad, que ameritan ser protegidas, restauradas o rehabilitadas.
Desgraciadamente algunas de esas construcciones han sido demolidas por sus propietarios, contraviniendo la Ley y reglamentos respectivos, a vista y paciencia del Municipio, que es el organismo de control urbano y de las construcciones que pueden levantarse o demolerse dentro del cantón. El INPC ha venido concienciando y advirtiendo a la ciudadanía y al municipio sobre la necesidad de respetar el patrimonio arquitectónico inventariado, de lo cual tenemos constancia por lo que pasó hace poco con la Casa Linzán, que empezó a ser demolida por el municipio para prolongar la calle Olmedo y cumplir con el desacertado “circuito vial” a construirse sobre las vegas del río, que en lugar de ser una solución para descongestionar el tránsito vehicular en el centro de la ciudad, va a producir el efecto contrario, pues a mayor número de vehículos que ingresen y salgan del centro, este tendrá mayor congestión.  

 

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