El hombre sonreía al ver el campo bordado con hileras de matas. “Este invierno es el mejor de los últimos cinco años al menos. Cae garúa fuerte o llueve pero en forma sostenida, así no lava el suelo como cuando cae aguaceros fuertes que duran poco”, dijo Peñafiel.

El maicero afirmó que si no hay un cambio abrupto del temporal, la cosecha será buena. Eso estima también Simón Muñoz Mindiola, labriego del sector Río Congo, límite entre Balzar y El Empalme. Hace dos semanas sembró ocho hectáreas de maíz y el sembrío se asemeja a una sábana gris bordada con verdes hileras.

Está satisfecho por el invierno, al que califica de muy bueno, pero se queja del Banco Nacional de Fomento (BNF), pues asegura que esta entidad demoró en darle un crédito. “Recién aprobaron, cuando ya las matas estaban brotando. Si no tenía unos ahorros me atrasaba y eso era perjudicial”, dijo. Él invirtió $ 3.400 en semillas, además del pago de 71 jornales, que ahora vale $ 10 en esta zona.

El retraso en la entrega de créditos ya fue advertido hace diez días por casi una veintena de dirigentes de asociaciones de agricultores y el presidente del Centro Agrícola de Balzar, Ángel Moreira, quienes incluso amenazaron con cerrar carreteras si no se apuraban los trámites. Luego de esa advertencia, según Moreira, se canalizaron los préstamos para la siembra de invierno. Solo en Balzar, según el dirigente, se siembran 20 mil ha de maíz amarillo.

Así como en la zona norte de Guayas, en Los Ríos y otras provincias de la Costa ecuatoriana, en el agro hay ajetreo porque el invierno alimenta esperanzas.