La posible catástrofe medioambiental que pueda acarrear el naufragio de la nave, que contiene en quince depósitos 2.380 toneladas de combustible, pasó ayer al primer plano de los temores, después de que las tareas de búsquedas de restos de víctimas fueran suspendidas de nuevo por el movimiento del casco.
Al tiempo que se afanan para encontrar la veintena de desaparecidos y pruebas para la investigación, los equipos de rescate observan las previsiones meteorológicas y, sobre todo, las del estado del mar, pues para esta noche se esperan olas de entre 1 y 1,5 metros, que podrían ser, incluso, de más de 2,5 metros el viernes.
REACCIÓN. El ministro italiano de Medioambiente, Corrado Clini fue el responsable de advertir del riesgo de vertido de carburante al mar, que podría extenderse por toda la costa del Tirreno. "Existe ya un daño ambiental, muy contenido, relativo a los fondos marinos de la isla del Giglio", afirmó Clini a los reporteros en los pasillos de la Cámara Baja italiana antes de comparecer en el pleno, donde comparó al "Costa Concordia", por su capacidad de almacenaje de combustible, con una "pequeña nave petrolera". Existe el serio riesgo de que futuras marejadas puedan provocar el hundimiento" del crucero, dijo Clini, pues cerca de donde se encuentra existe una pendiente que lleva a una profundidad de entre 50 y 90 metros.<