A partir de ahí, las autoridades encargadas de controlar el transporte público en el país, y en Manabí, de manera especial, montaron un operativo de control riguroso, al punto que las unidades no podían salir de las terminales terrestres con llantas lisas, se evitaba recoger pasajeros en las vías y había inspecciones de los vehículos en las carreteras.

Pero estas acciones ya no se llevan a cabo y nuevamente los transportistas iniciaron una sistemática agresión a los usuarios, llenando los carros a casi el doble de su capacidad. Los policías ya no revisan las llantas y en los controles de tránsito no hay casi ninguna actividad.

Es fácil comprobar lo anotado viendo que en las calles del centro de Portoviejo y de todas las ciudades de la provincia los carros de transporte intercantonal pasan al límite de su capacidad y siguen recogiendo pasajeros, práctica que se había controlado.

Ahora, que miles de personas aprovechan la temporada vacacional de la región costa, lo menos que se puede hacer es retomar las acciones de control, recordar a los transportistas su misión y que la labor de las autoridades respectivas vuelva con la misma intensidad.