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Combatiente estadounidense
"Maté a 255 personas y no me arrepiento"

"La leyenda", "el exterminador" y "el diablo de Ramadi" son sólo algunos de los apodos por los que se conoce al francotirador estadounidense Chris Kyle, que declaró haber matado a 225 personas y no se arrepiente.

Domingo 15 Enero 2012 | 15:33

Entre 1999 y 2009, el entonces oficial del pelotón Charly, tercer gurpo de la fuerza de élite estadounidense conocida como Navy SEALs, se ganó la reputación de ser el francotirador más letal en toda la historia del grupo.
Oficialmente se le adjudican 150 víctimas, una cifra que supera el récord anterior, de 109, alcanzado por un francotirador durante la Guerra de Vietnam.
Pero Kyle afirma que el número es mayor. Sólo en su segunda batalla en Fallujah, a finales del 2004, dice haber dado muerte a 40 enemigos.
En "American Sniper", un libro publicado recientemente en EE.UU. por la editorial HarperCollins, Kyle relata con lujo de detalles el trabajo que desempeñó como combatiente en Irak.
"Me gustó lo que hice. Todavía me gusta. Si las circunstancias fuesen diferentes -si mi familia no me necesitase- volvería en un abrir y cerrar de ojos", escribe.
La narrativa es clara, cruda, como la definió un crítico literario estadounidense, y deja ver la compleja y tensa psicología de guerra.
Kyle cuenta cómo a lo largo de su carrera dejó de dudar al enfrentarse a su víctimas y mejoró su trabajo bajo el fuego cruzado.
Su compañía, Charly, fue una de las primeras en desembarcar en la península de Al-Faw, al inicio de la llamada Operación Libertad, iniciada el 20 de marzo de 2003, por el entonces presidente de EE.UU., George W. Bush.
A fines de ese mes, en un pequeño poblado de la región de Nasiriya, los oficiales de SEALs aguardaban la llegada de los infantes de marina. Kyle y otros soldados vigilaban el operativo desde lo alto de un edificio.
Todos los vecinos se encerraron en sus casas, a mirar por las ventanas. Todos menos una mujer y unos pocos niños que merodeaban por la calle.
"Mis balas salvaron a varios estadounidenses cuyas vidas valían claramente mucho más que la de aquella mujer de alma retorcida", señala
Chris Kyle, francotirador de SEALs. Cuando los infantes se acercaron, la mujer les lanzó un objeto amarillento que tenía guardado en su bolsa.
¡Es una granada! ¡Una granada china!, gritó el jefe de Kyle. ¡Dispara! Al verlo titubear, el jefe repitió: ¡dispara!
Kyle apretó el gatillo dos veces, la "primera y única vez" que mató a una persona en Irak que no fuese un hombre o un combatiente.
"Puedo enfrentarme a Dios con la conciencia tranquila en relación a mi trabajo", asevera.  
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