Actualizado hace: 936 días 14 horas 4 minutos
Santo Domingo
El peso de ser viuda

La vida de Nancy Zambrano estuvo condenada desde el principio. Al menos así lo cree ella.

Jueves 12 Enero 2012 | 00:00

Cuando tenía nueve años, su mamá murió de una caída.  Cinco años más tarde su papá falleció en un accidente de tránsito. Ella tuvo que terminarse de criar en la casa de unos tíos, donde no le fue tan bien. Estar en una casa ajena conviviendo con otros adolescentes no se lo desea a nadie. Con mucho esfuerzo terminó el colegio. Al poco tiempo conoció a Luis Molina, se unieron. Vivieron juntos durante 20 años. Procrearon tres hijos (dos mujeres y un varón)  Él murió hace dos  años, también en un accidente de tránsito, y ella quedó viuda. 
Nancy sostiene que pese a lo duro que fue su vida, se pudo reponer  y salió adelante, además estaban de por medio sus hijos. Sin embargo, quedó endeudada con las letras de un carro que hacía poco había adquirido el esposo. Nancy tuvo que vender el auto a un vecino y cancelar la deuda. La mecánica automotriz que regentaba su esposo, también fue vendida.  Con ese dinero Nancy se puso un mini súper, con el que ayuda a sus hijos dándoles estudio. “La verdad es que cuando pasa una desgracia como esta, todo en una familia se desajusta. Mis hijos también me ayudan a atender la tienda”.

Alos 25.  Libia   Párraga se casó a los 15 años, por el civil y con permiso de sus padres. Su esposo Dionisio Vera tenía 19. Estuvieron casados durante 10 años y procrearon dos hijas. El esposo de Libia murió electrocutado. Según ella, estaba instalando la luz en casa de una vecina.
Después de la muerte de su esposo Libia no tuvo más remedio que dedicarse a trabajar. Pero sabía que para tener mejores ingresos y poder criar a sus hijas debía terminar sus estudios. Hizo el bachillerato en un colegio nocturno, mientras trabajaba por las mañanas lavando ropa. Su hermano y su padre le ayudaron con algo, indica, sin embargo fueron momentos difíciles para ella. Sus hijas tenían seis y cuatro años. Y no podían colaborar en nada, ni siquiera podían darle palabras de aliento. Libia no sabe de dónde sacó fuerzas para continuar. No sólo terminó el bachillerato, después siguió con la universidad, donde estudió Licenciatura en Educación Media.
Hoy Libia Párraga tiene 46 años y es profesora con nombramiento, da clases en un colegio de la zona rural. Tiene un nuevo compromiso y otro hijo.
Siente que después de tanto esfuerzo llegó su recompensa. Estudió ella y les dio también estudio a sus hijas. “La mayor hoy es ingeniera, la segunda está apunto de licenciarse de maestra, el tercero está estudiando la secundaria”, añade.
Nancy y Libia son dos mujeres que demuestran que el esfuerzo y la constancia dan resultados. A pesar del dolor, las dos pudieron salir adelante.

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