Por la prisa que se han dado en aprobar nuevos impuestos, el gobierno necesita mucho dinero para continuar con las inversiones planificadas. Sin embargo, no ha puesto los ojos en la fuente más cercana y fácil de más de 400 millones de dólares anuales.

Algún interés escondido ha actuado alrededor de la Presidencia para crear el mito de que si se elimina el subsidio al gas perdería popularidad. Parece lógico, pero si se combina con un aumento pequeño al bono solidario, se eliminaría ese efecto.
El aumento de precio del gas es de aproximadamente cinco dólares; si el bono se aumenta en esa misma cantidad se habrá compensado el incremento de precios para los más pobres; eso  es más eficiente que la entrega de tarjetas de racionamiento.
Con ese nuevo precio se terminaría el contrabando de gas por las dos fronteras y el uso indiscriminado del gas doméstico en el transporte público (con gran peligro para pasajeros y conductores) y en negocios de consumo masivo como los hoteles, los gimnasios, etc.
Pero la facilidad para recaudar 400 millones adicionales no explica la necesidad de más recursos económicos para el gobierno. Un déficit presupuestario de algo más de 4.000 millones no es significativo en un presupuesto de 26.000 millones;  usualmente se ha financiado con el diferimiento por uno o dos meses de determinados pagos, que no tiene consecuencias importantes. Entonces, el déficit no origina la necesidad de dinero; deben haber otros planes que, seguramente, tienen relación con la participación electoral del partido de gobierno.
Y eso está mal, porque establece diferencias ajenas al vivir democrático. Todos los candidatos deben disponer de las mismas armas. Personalmente creo que PAIS  debe sentarse a meditar si conviene o no a los intereses nacionales el profundizar la “revolución”, que se convierte en un experimento que no entrega los resultados que promete.
Un Estado hipertrofiado y que se convierte en dueño de los medios de producción y de todas las iniciativas no conviene a nuestra manera de vivir. Aquí estamos acostumbrados a disponer de la iniciativa  en forma permanente y a expresar opiniones divergentes, a discutirlas apasionadamente, sin riesgo de ser condenados a millonarias indemnizaciones
Si hubiera acuerdo en el partido de gobierno sobre un cambio de dirección política, sería oportuno que todas las tendencias políticas tengan oportunidad para participar en las elecciones, con posibilidades de éxito. Para ello, el gobierno debería mantener la imparcialidad que le corresponde y excluir a los funcionarios que sean candidatos, precisamente para que no jueguen con ventaja…
Esperemos que se llegue a esa meditación y que así, se reduzcan las apetencias por más recursos económicos, porque lo que está planificado ya tiene su financiamiento regular…<