Entre dos y tres millas, a veinte minutos de navegación desde el malecón de Crucita, dos embarcaciones de fibras de vidrios trasladaron a hoteleros de la parroquia con la finalidad de observar a los cetáceos.
Bastaron tres galones de gasolina para llegar hasta el área donde había un grupo de ballenas y 55 minutos para observar en varias ocasiones a más de 10 cetáceos. El último espectáculo, antes de regresar a tierra, fueron los 7 aleteos de una ballena. En la primera ocasión el animal golpeó 4 veces su cola con el mar y la segunda en  3 ocasiones.
María Mendoza, quien es la presidenta de los hoteleros de Crucita, se mostró alegre por el espectáculo y aseguró que ya tienen otro producto turístico que ofrecer.
“No le creíamos a los pescadores, pero ya lo comprobamos y vamos a legalizar una operadora turística para ofrecer el avistamiento de ballena desde Crucita”, dijo.
Oscar Mendoza, ex concejal de Portoviejo, señaló que otro paso que se dará es capacitar a guías y operadores turísticos para brindar el servicio.
“Los turistas del centro de la provincia estarán más cerca para observar a las ballenas desde Crucita”, expresó.
A Mendoza le preocupa que el turista no llegue por el mal estado de la vía, el desabastecimiento continúo de agua y la falta de promoción.
Actualmente la afluencia de turistas, pese a ser temporada alta por las vacaciones estudiantiles en la Sierra, es baja.<