Inclusive puede ser muy productivo. Es el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Acuacultura, que integra un enorme conjunto de instituciones, proyectos y programas, con adelantada autonomía en aplicación de la descentralización, así como la Subsecretaría tiene poder de decisión por la desconcentración.

El interés surge de haber escuchado una intervención del subsecretario del Magap, Ghunter Andrade. Él se sabe de memoria todos los nombres y las siglas de esas instituciones, dedicadas a mejorar la producción, productividad y comercialización, de todos los productos de la agricultura y la ganadería, en aplicación de los principios del buen vivir.
Hay un Programa Integral de Fomento Ganadero (puede que el nombre sea diferente). Ellos se encargan de todo el proceso: desde el mejoramiento genético, a la producción y la salud de los animales, de pastos de corte y la fabricación de alimento almacenable para la estación seca. La idea es aumentar la productividad y el valor agregado, con la industrialización. Se parte de la investigación con el INIAP y se concluye con la comercialización que también tiene su institución especializada.
Claro, como manda la Constitución, el Magap está poniendo a trabajar a los gobiernos cantonales descentralizados; con ellos firma convenios de cooperación y arranca el plan con una reunión de la municipalidad, el Magap y todas las instituciones públicas y privadas locales, regionales y nacionales, que intervienen o pueden intervenir en el proceso: Senagua, Banco de Fomento, Corporación Financiera, Banco del Estado, MIES, Ministerio de Comercio y hasta la Cancillería para los casos en que el fin sea la exportación.
En esa reunión cada uno dice su verdad, traza su ruta; dice lo que puede hacer y cómo mejorar la producción, la productividad, la calidad; cómo conseguir mercado y asegurar el mejor nivel de vida para los productores. El resultado final es el proyecto de producción para el cantón, para el que todos aportarán  aquello a lo que se comprometieron.
Cierto que los resultados son magros, pero claros: hay una planta de producción de derivados lácteos en Chone, que tiene ya en el mercado productos de excelente calidad. Los pequeños productores de café del sur de Manabí, organizados en cooperativas, se propusieron poner en el mercado café molido listo para prepararlo; ahora tienen ya el producto que, elegantemente presentado, está destinado a la exportación. En los planes está una fábrica de chocolates y, desde luego, valor agregado para la producción de maíz.
El espacio es corto para describir toda la organización que funciona. Y, claro, yo espero ver resultados, porque se ve bien a ojo de buen cubero. Habrá que ver en el campo… Es una razón que fundamenta la esperanza.<