En esta parroquia rural de Portoviejo sus habitantes consumen tres tipos de agua: potable,  entubada y de bidones. Por todos estos servicios deben pagar.
La potabilizada es repartida por tanqueros que llega a costar hasta 26 dólares, pero también se distribuye por tanques. 
Quienes no tienen cisterna son abastecidos por María Margarita Espinoza, quien indicó que con 11 pomas de 20 litros llena un tanque de 220. Por ese servicio cobra 2, 25 dólares dependiendo la distancia.
Isidra Rengifo mencionó que sufre todos los días por la falta de agua. Recuerda que hasta hace 20 años tuvieron el servicio normal. Ahora a la semana consume dos bidones.

 sistema. En el sector funciona desde el 2008 una junta de agua. Lograron hacer un pozo cerca del  río y desde allí, bombean el líquido a los tanques ubicados en uno de los cerros. Luego se distribuye por gravedad a los domicilios.
Un local de aproximadamente 4 por 2, 5 metros sirve como oficina. Fe María Cedeño, integrante de la junta dice que pagan 20 dólares de arriendo.  Allí todo trabajo se lo hace manualmente. “Hasta junio cobrábamos tres dólares, pero desde julio subió a cinco dólares”, dijo Cedeño.
Aclaró que el dinero es utilizado para dar cobertura a más sectores. En una pizarra tienen registrado las labores realizadas.
Actualmente son 380 los usuarios, pero hay algunos que se han retirado. Cedeño junto a Maribel Guerrero ganan 100 dólares al mes cada una. Nilton Chávez, quien opera el sistema, recibe 200 dólares al mes.
Cedeño reconoce que el agua entubada no es apta para el consumo humano. “Tenemos una planta que no funciona. Hemos hecho gestiones para que se construya la captación desde el río, pero aún no tenemos respuesta”, aseguró.
Esta parroquia está a 14 kilómetros de Portoviejo, pero el tramo que atravieza el sector se vuelve intransitable, indicó Carlos Loor, morador del sector.<