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Jacinto Zambrano Zambrano
Iglesia del Divino Niño de Chone

Quito.- Quiero hacer dos reflexiones sobre la Iglesia del Divino Niño de Chone, que dirige esa abnegada dama chonense ENA MOLINA INTRIAGO.

Miércoles 27 Diciembre 2006 | 21:09

La primera es que la iglesia está hecha para encontrar su tiempo, su momento. Una Iglesia que no pasa al lado de los acontecimientos. ¿”Las alegrías y las tristezas, las angustias y las penas de las personas, de las gentes, son las alegrías y las tristezas, las angustias y las penas de la iglesia?”. Estamos invitados a hacer de la Iglesia del DIVINO NIÑO DE CHONE, una realidad: la proximidad, la iglesia del diálogo, la iglesia del encuentro. Una iglesia que no está por encima, una iglesia que no está al lado, sino una iglesia que está con todos y para todos; es por eso que hago un llamado a los choneneses y manabitas para que den su apoyo a la señora Enita, que con mucho sacrificio y ayudada por un grupo de damas de la caridad de Chone están haciendo un esfuerzo único en la captación de recursos para tan magna obra. Una segunda reflexión sobre la iglesia: Es una iglesia que hace opción por los pobres. Ustedes saben que Jesús tuvo la pasión por el hombre excluido; intentaba estar allí donde la suerte del hombre estaba en peligro. Él salió y franqueó todas las barreras para ir hacia aquel que estaba al borde del camino. Y cuando estaba en la sinagoga de Nazaret dijo cuál iba a ser su misión: “Yo he venido para anunciar la buena nueva a los pobres”. No dice: “He venido a anunciar la Buena Nueva a todos”, sino que dice, “a los pobres”. Porque cuando comencemos por los pobres eso llegará y afectará a todo el mundo. Cuando partimos de los excluidos nos dirigimos a todos. Y cuando Jesús anuncia la Buena Nueva, eso quiere decir que algo va a ocurrir en la vida de las personas. Si nada ocurriera, no podría haber Buena Nueva. Jesús va a plantear actos y acontecimientos que van a mostrar que algo va a cambiar. Y va a confrontar a las gentes con ellas mismas, con su libertad y su verdad; sobre todo les va a abrir a un futuro. Yo no estoy inquieto y preocupado por el futuro, por el porvenir de la iglesia, porque hay muchas posibilidades, muchos recursos. Estoy contento de ver que muchos cristianos hoy en día no son agresivos en cuanto a la iglesia. Pero, también es importante la colaboración para finalizar esta obra que ya lleva algunos años construyéndose. Dice un texto del profeta Isaías: “Si no te haces como el malvado, tu luz iluminará como la aurora”. Y cuando el cristianismo no soporta la injusticia, su testimonio permite hacer creíble la iglesia y el testimonio de Jesús. Es por eso, estimados amigos, que no debemos dejar solo a un grupo de personas en la construcción y terminación de la iglesia, todos debemos colaborar y qué mejor en estas fechas del niño Jesús.
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