Se puede relacionar de alguna manera esta apreciación con la débil presencia de la institución encargada del tránsito en el país, que es la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), cuya autoridad en la provincia es apenas visible por los constantes reclamos que hacen los conductores o propietarios de vehículos para revisión o matriculación, especialmente de los livianos como las motos, que pasan por un símil de vía crucis para lograr atención en la ANT-M.
Resulta inaudito que con unas altas cifras de accidentes de tránsito, muchos de los cuales han resultado trágicos por las pérdidas de vidas humanas, la entidad encargada de control y vigilancia en Manabí aun no pueda ni siquiera ocupar sus nuevas oficinas en el local arrendado desde hace más de diez meses – de los cuales adeuda siete - porque todavía no ha sido habilitado el sistema electrónico - informático, según informes extraoficiales pero fidedignos.
Es necesario que las principales autoridades de la provincia, encabezadas por la gobernadora, demanden de los funcionarios nacionales de la ANT  la atención respectiva a la urgencia de las necesidades manabitas, pues es difícil demandar observación a la ley de tránsito mientras se trata con cierto desdén a la entidad que debe, precisamente, desempeñar la vigilancia y supervisión de los dictámenes de la misma.  Hay que terminar con esta especie de contradictorio abandono.
Mientras, en provincias como Guayas se anuncia la creación de escuadrones especiales para el patrullaje en carreteras. <