En numerosas esquinas y veredas se observaba fundas llenas de desechos, que habían sido depositadas por personas que no quisieron esperar a que pasara el carro recolector. Recién ayer en horas de la mañana dicho personal reanudó sus labores y empezó la tarea de recolección de la basura. Por las festividades de Noche Buena y de la Navidad hubo mayor cantidad de desechos en los hogares y en las calles del casco comercial. Una ciudad sin limpieza Pero al margen de esta situación, existe la realidad de que Jipijapa sigue siendo una ciudad donde no hay limpieza total, tanto por la escasa participación de sus habitantes, cuanto por las falencias del departamento. En una anterior oportunidad, el alcalde Johnny Cañarte manifestó que las fallas se deben a que se carece de carros recolectores y para la recolección se utilizan las volquetas del departamento de obras públicas de la entidad, que por haber cumplido su ciclo de vida útil se dañan constantemente. Sin embargo el Municipio puso en vigencia una ordenanza que contempla sanciones para los que ensucian los accesos y las calles, también para ejercer un severo control a los vendedores que abusan del volumen de los altoparlantes, de igual manera a los que contaminan el ambiente con emanaciones de gases, pero de nada ha valido porque no se la aplica. En la pasada campaña electoral era desesperante, principalmente para los moradores del centro, el ruido que hacían algunos vehículos con bocinas y equipos de disco móvil promocionando a los candidatos a diferentes dignidades, y no hubo autoridad que pusiera orden.