Como que si endureciéramos la costra de nuestra conciencia ante la abundancia de noticias en torno a esta corriente de muerte, sangre, luto y llanto en las familias que pierden a un ser querido en la vorágine de la negligencia y la maldad.

En El Diario leo la indignación, sollozos y la tristeza ante la muerte violenta de todos, que dan cuenta de un amigo, un compañero, un vecino o un pariente que ha caído inerme en manos del  anónimo verdugo que extermina la vida de aquellos que salen de su casa a ganarse el pan de cada día, a estudiar o simplemente a realizar diligencias cotidianas y que merecían otro destino

No hace mucho en plenas navidades un accidente de Reina del Camino cegó la vida a unas cuarenta personas. Hace pocos estamos viendo cómo COACTUR, en menos de tres meses lleva tres accidentes con casi una treintena de muertes. Los accidentes siguen y la violencia continúa. 

Que no soluciona el Gobierno y  no es invento de una prensa que simplemente la registra e informa, al dar cuenta de la realidad. Vale contar con un celular -emergencia a un número establecido para que todos los que tenemos teléfono móvil (o sea todos) puedan reportar accidentes, heridos, emergencias en carreteras, delitos de narcotráfico secuestros, contrabando, asalto de carreteras, violaciones, etc. Desde tu móvil solo   tienes que marcar al número establecido. Que sea a nivel nacional y sin costo. Que el Gobierno lo difunda en sus cadenas sabatinas .   

Hace pocos meses, en El Diario leía un artículo de un joven chonero,  Alexander Rodríguez Muñoz, que ofrecía un software de punta para parar tantos accidentes y hasta para controlar la delincuencia; pero da lástima ver que nadie que yo conozca se ha pronunciado para apoyar el software. Nadie hace nada y cuando alguien sale con una idea novedosa la ignoramos y nos hacemos los desentendidos. En los países desarrollados las propuestas no caen en saco roto.