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ARQUEOLOGÍA
Las pasiones de los mayas

En aquellos tiempos no había los medios de ahora, pero los cronistas se las arreglaron para contar lo sucedido, y quedó escrito en piedra.

Domingo 10 Julio 2011 | 00:00


 registros. "En los glifos mayas encontramos una historia de pasiones e intrigas, son cerca de 1.000 años de guerras constantes entre ciudades estado que compartían el idioma, visiones religiosas, costumbres y muchas cosas", dijo a Efe el arqueólogo y editor de la revista Arqueología mexicana Enrique Vela.
El especialista explicó que el número de julio de Arqueología Mexicana, dedicado a las ciudades mayas del período clásico (250-900 d. C.), muestra detalladamente la vida de las cortes de los gobernantes de Yaxchilan, Calakmul, Palenque, Toniná, Copán, Tikal, entre otras. Señaló que dos períodos mayas se conocen ampliamente, la etapa de la conquista a través de los relatos de los cronistas, y el del clásico maya por sus registros en glifos en piedra y cerámica que "nos permiten conocer a detalle fechas como el nacimiento, muerte, entronización y relaciones de parentesco".

 inscripciones. El arqueólogo recordó que el investigador soviético Yuri Knorosov (1922-1999) descifró la escritura jeroglífica maya y que a partir de su trabajo se pudo empezar a conocer el sentido de las inscripciones y a través de ellas todas las "historias de los gobernantes". Explicó que a los europeos, al llegar a América, les sorprendió encontrar sociedades estructuradas de la misma forma que las del Viejo Continente, con un gobernante casi divino, era rey, sacerdote y comandante en jefe de los guerreros.
Los mayas, que aportaron el calendario y el sistema vigesimal, "no eran nada pacíficos, todo el tiempo estaban en guerra y todas están registradas en las inscripciones", manifestó el antropólogo. <

 

Se escribió lo que querían los reyes

No obstante, Vela advirtió que la información se debe tomar con reserva, pues ahí se escribió lo que querían los reyes, su versión de las guerras, de los rituales; "todo debe ser visto como propaganda de los gobernantes" y sus relatos deben compararse con los resultados de las investigaciones.
"A veces nos dicen en sus inscripciones que sus ciudades eran enormes, pero los datos arqueológicos nos muestran que eran pequeñas, o que un gobernante tenía unos 80 años, cuando sus restos óseos demuestran una edad de 53 años", indicó.
El arqueólogo explicó que en las sociedades mayas el papel central lo ocupaba el gobernante, que era el centro del poder y de la organización social.
Los grandes señores del clásico compartían linajes que justificaban la transmisión del poder entre parientes cercanos, y eran los intermediarios de las divinidades, aunque también dirigían la administración de la economía y la política.
El gobernante se encargaba de cumplir los rituales, entre ellos los sacrificios para perpetuar la continuidad de los ciclos naturales, y cuando representaban a la divinidad los jefes llevaban máscaras de los dioses.
"En el caso de los mayas, se realizaban autosacrificios, los jefes donaban su sangre, se horadaban la lengua, el pene, las orejas, la sangre que brotaba era el líquido sagrado", señaló.
 

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