Miguel Estévez, jefe de ambiente de la institución, explicó que de los 32 colectores que existen en la ciudad, el problema se ha solucionado sólo en dos.  Justamente en el María Auxiliadora se encontraron 124 conexiones ilegales y en el de Picoazá 44. En ambos casos el problema está solucionado.

Pendiente.  Estévez calcula que todavía falta por taponar unas 600 conexiones que están directas al alcantarillado pluvial.
De los 29 colectores que aún están pendientes, la mitad ya tiene los estudios, que le han costado a la empresa cerca de 20 mil dólares.
“En unos tres o cuatro meses esperamos terminar los estudios, después viene la elaboración del proyecto, que durará un par de meses más. Hasta conseguir los recursos, esperamos  el próximo año tener resultados confiables”, señaló Estévez.
Explicó que después de los estudios se sabrá cuánto más deben invertir para sellar y reconectar las guías.

Limpian las lagunas de oxidación con microbios

En los alrededores de las lagunas de oxidación los malos olores están desapareciendo. Desde el miércoles la EPMAPAP inició un plan emergente.
Boris Mera, jefe de la planta de tratamiento de aguas residuales, explicó que se están aplicando microorganismos una vez al día.
“Esto nos ayuda a eliminar en menor tiempo la materia orgánica y a su vez disminuye la presencia de malos olores”, dijo Mera.
Agregó que los microorganismos tienen un tiempo de vida de tres días y luego desaparecen. Justamente por este motivo están vertiendo todos los días.
Miguel Estévez, jefe de ambiente de la EPMAPAP, dijo que la inversión alcanza los 4.700 dólares al mes, por lo que analizan construir un laboratorio propio.