Y es que han ocurrido una serie de hechos derivados por el injustificado descontento producto de los resultados de una contienda electoral, aún recuerdo los momentos de dirigente estudiantil, cuando las condiciones en aquellos momentos tenían otra tónica, con un elevado nivel para el debate, el argumento oportuno para cada una de las tesis y propuestas y la existencia de un criterio debido a la formación adquirida tanto en las aulas como en cada uno de nuestros hogares. Lo sucedido refleja la carencia de recursos al momento de emprender de manera organizada una lid de esta naturaleza y evidencia la crisis que tiene el núcleo de la sociedad en nuestro medio.
Existen testimonios de personas que resultaron víctimas de robos y otras contravenciones e infracciones que se produjeron de manera flagrante, cuyos protagonistas fueron los delincuentes que se camuflan e infiltran de manera cobarde en medio de estas revueltas. Los verdaderos olmedinos, aquellos que aún sentimos en cada pálpito de nuestros corazones al colegio, repudiamos esta vergonzosa jornada y exigimos por parte de las autoridades se tomen los correctivos pertinentes con el rigor que amerita el caso y sin más dilaciones.
Por tanto hago un llamado a toda la familia olmedina a estar atentos y objetar estos eventos que le hacen tanto daño al prestigio de nuestro plantel, reivindiquemos las páginas de la memorable vida institucional partiendo desde nuestra fundación, perfumada con el paso de los años por nuestra Bella Flor que a veces factores ajenos intentan marchitar, recordemos los méritos deportivos con la aguerrida e imbatible Liga Olmedo, perpetuemos tantas marchas y jornadas marcadas por ese natural espíritu de civismo recorriendo en un periplo provincial cada uno de los desfiles cantonales con nuestra tan renombrada y esperada banda musical que estremecía los portales con su ceremonial marcial y también sonreír con su alegórica comparsa musical, conservemos aquel logro académico reciente como el haber sido tomados en cuenta con el Proyecto del Bachillerato Internacional.
En acto de defensa a la imagen de aquel colegio que me formó, quiero concluir enfatizando que a una noble Institución como el Sesquicentenario Nacional Olmedo ningún grupo de desadaptados, que se viste de estudiante que no comprende que “La Revolución se la lleva en el corazón y en el alma” atentando contra la integridad de las personas y la propiedad privada, van a mancillar el buen nombre de una de las instituciones insignes de Manabí y del Ecuador. <