La creación de la Gerencia-Administrativa de la Empresa Vial, impuesta arbitrariamente por el Consejo Provincial de Manabí, contraviene normas expresas de la Constitución de la República, que determina que cuando la construcción de cualquier obra pública ejecutada en el territorio nacional, con recursos económicos financiados por el Estado Ecuatoriano, no son sujetas de cobros mediante ordenanzas de organismos seccionales o provinciales, ni de convenios, porque la ejecución de sus obras de infraestructuras no se han ejecutado con préstamos internos o externos que estén sujetos a pago por crédito alguno.
Consecuentemente, una vez que el MTOP dispuso anular el convenio suscrito con el Consejo Provincial de Manabí el 3 de febrero del 2006, que facultaba concesionar las vías en nuestra provincia, y en virtud de haber asumido el MTOP la responsabilidad de las construcciones y mantenimientos de las carreteras del país, esta debió quedar suspendida.
Luego de más de 2 años de funcionamiento del puesto de recaudaciones económicas que administra la Prefectura de Manabí, denominado “Estación de Peaje Guayabal”, de acuerdo a la Ley de Transparencia y Gasto Público no ha realizado rendición de cuenta alguna, comenzando por la estructuración orgánica funcional, las remuneraciones económicas mensuales y número de empleados que desempeñan funciones, y horarios de atención en sus puestos de trabajo, resultados de los fondos recaudados en la administración anterior y el incremento de estos valores a raíz de que asumió la administración la Gerente actual, las inversiones realizadas en mantenimiento de equipos y mejoras de la vía Portoviejo-Manta, que se encuentra deteriorada por no haber recibido mantenimiento alguno, los pagos realizados en forma exorbitantes a las exconcesionarias que injustificada y fraudulentamente están cobrando por obras viales no realizadas.
En la fallida y vergonzosa adjudicación de la concesión vial, celebrada el 27 de febrero del 2008, escribí en esta columna las pretensiones excesivas en el cobro de peaje en la ruta Portoviejo-Manta, y al no estar estipulado el cobro de retorno o viceversa Manta-Portoviejo, este pago ha sido un atraco más, así como las terquedades de mantener inamovibles la Estación de Peaje Guayabal, que debió ser trasladada al sector de Las Palmas por recomendaciones técnicas y de seguridad en la circulación vehicular, en donde en reiteradas ocasiones varios vehículos se ha estrellado contra las casetas de recaudaciones o recolección de “limosnas”, pese a existir un acta suscrita de compromiso entre el Prefecto y los dirigentes de transportes para dicho traslado, que hasta el día de hoy se cumple. Y lo más sorprendente, el desacato al MTOP que dispuso el retiro inmediato de la caseta de Quimís, que ahora piensan trasladarla al eje vial de Montecristi-Manta, donde los descendientes del General Eloy Alfaro no lo permitirán.