Esta feria de juguetes se viene realizando desde hace treinta años. Junto a Gladys Zambrano decenas de comerciantes también buscan una oportunidad para ganarse la vida.
Los comerciantes estarán ubicados ahí hasta el 30 de diciembre. Casi un mes. Durante este mes deben cuidar sus negocios, vivir en carpas. Algunos soportan el frío, las adversidades. Otros sufren robos. Aunque no tienen hogar, se sienten satisfechos porque se sienten como en una familia. El destino no está marcado. El azar se vive con intensidad.
“Lo único que esperamos es que la gente venga y pueda llevarse algo bonito y barato para sus hijos”, comenta Maryuri Castro, comerciante que se halla en el centro de esta feria.
Por ahora la expectativa está centrada en que a los empleados del sector público y del sector privado les cancelen el décimo para que acudan a adquirir juguetes.
En Picoazá
Otra de las ferias visitadas de forma asidua es la de la parroquia Picoazá. Hasta allí acuden cientos de personas a buscar artículos económicos. Lo barato es la principal carta de presentación de este lugar. El comercio no conoce de barreras y el espíritu navideño tampoco.
Martha Roldán, comerciante, expresa su optimismo para que la feria de este año sea un éxito. Los visitantes podrán encontrar una diversidad de artículos navideños como árboles artificiales, esferas, regalos de temporada, calzado, ropa, juguetes y electrodomésticos a bajo costo.
También están disponibles alternativas artesanales como trompos, valeros, muñecas de trapo, ollitas, vasijas, casas de muñecas, damas chinas, guitarras, tambores, carritos de madera, y muchos otros juguetes tradicionales.
DATO
PREFERENCIAS
En el gusto de los niños de hoy, los juguetes computarizados y los videojuegos van a la cabeza, desplazando a los de control remoto, mecánicos, electrónicos, didácticos, de destreza y de mesa.
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